La piel sensible no es un problema grave, pero lidiar con ella día a día puede pasar factura a cualquiera. Un problema pequeño y molesto que se impone en cualquier decisión, sin llegar a ensombrecer la vida en general. Es el hecho de que está constantemente ahí lo que hace que sea agotador.
El maquillaje que usas, la ropa que compras, los lugares a los que vas... todo puede verse afectado de alguna manera por la reacción de tu piel sensible, o por cómo temes que reaccione. A veces puede parecer que no siempre tienes toda la libertad que te gustaría para tomar las decisiones que quieres. Un movimiento en falso, y tu piel sensible podría escocer, picar y mostrar manchas de sequedad.
El peso psicológico de tener que lidiar constantemente con el "¿Y si...?" puede ser importante y agotador. Puede que pienses que, en realidad, la piel sensible no es un gran problema, que no merece la pena quejarse, y sin embargo, ¡sí! Sí que quieres quejarte. Puede que quieras hacerte una foto con tus amigos, comprarte ese precioso conjunto de joyas, correr la maratón en una ciudad contaminada... pero tu piel sensible te hace dudar y, posiblemente, negarte. Es mucho tiempo que pasas preocupándote y que podrías emplear en cosas más agradables.
Para saber más, lee nuestro artículo "¿Cómo calmar la piel sensible? 9 consejos convivir con ella"