El acné es causado por disebhorrea, un cambio en la calidad del sebo, hipersebhorrea, un aumento en la cantidad de sebo, e hiperqueratinización, un aumento en el número de células de la piel.
Con disebhorroea, la composición del sebo se altera. Se oxida y se espesa. Secretada en grandes cantidades – hipersebhorrea – obstruye las glándulas sebáceas.
Al mismo tiempo, también se produce un gran aumento, una hiperproliferación, de los queratinocitos o células de la piel del conducto sebáceo. Se adhieren entre sí para que sea más difícil que las células muertas se desprendan. El canal pilosebáceo (o tallo del cabello) se bloquea y el sebo no puede evacuarse.
El resultado es uno con el que todos estamos muy familiarizados: ¡imperfecciones! Aparecen en dos formas. Puede haber acné comedón, formado por puntos negros y puntos blancos. El acné inflamatorio, más común en el acné del adulto, se compone de granos, pústulas y pápulas. Todos dejan marcas a medida que sanan y posiblemente pueden provocar cicatrices.